La protección contra la corrosión es notoriamente un requisito indispensable para evitar el deterioro de los productos de acero. Para proteger las superficies es necesario realizar una serie de operaciones que dependen del material y del entorno en el que se encuentre el producto.
Las principales técnicas de protección del acero contra la corrosión exigen siempre que la superficie esté adecuadamente preparada, eliminando mecánica o químicamente incrustaciones, aceites, grasas y otras impurezas.
A continuación se muestran las tecnologías de protección más comunes.
- Protección por efecto barrera: tiene como objetivo aislar el acero del medio que lo rodea recubriéndolo con una capa estanca al agua y al aire como la pintura y otros tipos de recubrimientos. Tanto las pinturas líquidas como en polvo ofrecen una protección de efecto barrera. Las pinturas en polvo deben tener un alto contenido de aglutinante. Es preferible que la superficie tenga un pretratamiento químico apropiado (por ejemplo, fosfatado) que cubra en una capa delgada que ayude a proteger la superficie y mejore la adherencia del recubrimiento posterior en polvo o líquido.
- Protección catódica: consiste en poner el acero en contacto con un metal menos noble (que se corroe en su lugar); esto explica por qué se utilizan recubrimientos a base de zinc (galvanización o imprimación a base de zinc)
- Protección por pasivación: los aditivos inhibidores se utilizan en la formulación de pinturas en polvo o líquidas, capaces de pasivar el acero.
- Protección con sistema Duplex: utiliza la protección catódica garantizada por el zinc (galvanización en caliente o al hilo) o por los aditivos especiales incluidos en la fórmula del recubrimiento, con la protección barrera garantizada por las pinturas.
Hemos visto que la mayoría de las tecnologías de recubrimiento utilizan un metal menos noble, como el zinc, para evitar que la corrosión ataque inmediatamente la superficie metálica: el zinc, sin embargo, en forma de polvo, por ejemplo cuando «tira» del recubrimiento, es peligroso para salud. Por ello es recomendable reducir su uso a lo estrictamente necesario.
En el laboratorio Bullcrem Lack, dirigido por Simone Dal Bello, se formuló un primer anticorrosivo en polvo libre de zinc capaz de soportar 2000 horas de niebla salina según la norma ISO 9227 (ensayo de corrosión). Los resultados de las pruebas se reportan en la Tabla I.
Con información de la www.larivistadelcolore.com
